Día 12/11/2014 - 08.42h
Ante los reproches, el portavoz de ERC, Alfred Bosh, ironizó con el «nerviosismo» del PP, al tiempo que tachó al Gobierno de Mariano Rajoy de convertirse en un «bufete picapleitos»
La consulta soberanista del pasado domingo en Cataluña se coló ayer en el
debate de las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado
para 2015, con cruces de reproches entre los portavoces de los partidos
nacionalistas y no nacionalistas que subieron a la tribuna del Congreso.
A la diputada de Amaiur Onintza Enbeita, de hecho, le fue retirada la
palabra después de varias llamadas al orden por negarse a hablar de
economía, como obligaba la agenda del día.
El primero en
desviar el debate hacia Cataluña fue el portavoz de ERC, Alfred
Bosch, que aseguró que el pasado domingo se vivió un «gran día» y por ello no
dudó en proclamar su felicidad por el resultado. Unas palabras que, de
inmediato, provocaron rumores de desaprobación y algunas risas en la
bancada popular, a la que Bosch afeó su «nerviosismo», al tiempo que
tachó al Gobierno de Mariano Rajoy de convertirse en un «bufete
picapleitos».
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